“me he acostumbrado a aguardarte en silencio, deseándote, deseándote nomás y allí en el fondo de mi alma te espero, íntimamente confío en ti, creo en ti -porque creo en mi amor, porque sé que no hay amor baldío-, y estoy como si esperara madurar una fruta, como si esperara que cayese un beso, como si esperara florecer un sueño.”
“Ella no es de esas chicas que si te vas, ira corriendo tras de ti.Ella sostiene la puerta y se rie, esa maldita y hermosa risa que te rompe el corazon, que te dice nunca me importaste.”